Un viaje por Europa en coche, unas semanas en un hotel en las montañas de los Castkill o veranear en una gran villa en el norte de Italia. Estas son mis propuestas para pasar desde el sofá de casa unas vacaciones de cine. Y es que, no se si te pasa lo mismo, pero para mí hay ciertas películas que son puro verano de principio a fin. De hecho, revisionarlas durante esta época del año se convierte en un pequeño placer. Si te has quedado sin vacaciones en este agosto tan atípico, te recomiendo estos tres títulos que conseguirán que viajes, sueñes y te enamores si tener que moverte de casa. Es el poder del cine.
DOS EN LA CARRETERA (Stanley Donen, 1967)
El amor es un viaje entre dos. Audrey Hepburn y Albert Finney se conocen, se enamoran y discuten (y mucho), y todo esto sucede mientras viajan con su coche por Europa. Y es que una de las originalidades de la película de Stanley Donen es contarnos la historia de amor de sus protagonistas, Mark y Joana, a lo largo de más de diez años alternando pasado y presente y siempre como escenario el interior de su coche. Si a esto le añadimos la maravillosa banda sonora de Henry Mancini, unos diálogos inolvidables y los icónicos estilismos de Mrs. Hepburn, tenemos como resultado una película disfrutable desde el primer minuto, que además consigue que nos entren unas ganas locas de coger el coche y lanzarnos a la carretera.
DIRTY DANCING ( Emile Ardolino, 1987)
Es una cinta que no podía faltar en mi top de películas del verano, ya que, además de ser un referente del cine popular ochentero para los que crecimos durante esta década, para mí esta película tiene un carácter especial: no habían vacaciones que no la viera con mi abuela en nuestra casa de verano. Un recuerdo que guardo muy entrañablemente.
La sinopsis de Dirty Dancing es sencilla: Baby es una joven idealista e inocente que se enamora de Johnny, el profesor de baile de un complejo turístico de Castkill en el que Baby está pasando las vacaciones con su familia. Se puede pensar que es la clásica película ñoña de amor, pero como dice Hadley Freeman en su estupendo libro The Time of My Life: "la película nos atrajo por el sexo pero nos atrapó porque nos enseñó algo incluso más real y aterrador. Nos enseño algo sobre nosotras y sobre el mundo. Y, como Baby aprende, solo el mejor sexo es capaz de conseguir eso". Poco más puedo añadir.
CALL ME BY YOUR NAME (Luca Guadagnino, 2017)
La más reciente de las tres. Se estrenó en 2017 y desde el primer momento fueron muchos los espectadores que cayeron rendidos a sus encantos. Me declaro una de ellos. Y es que cualquiera, independiente de su edad o género, puede sentirse identificado con los temores e incertidumbres que sufre el joven Elio al enamorarse de Oliver, un estudiante de posgrado mayor que él que ha sido invitado por el padre de Elio a pasar unos días con la familia. La atracción es inmediata.
Lo que el espectador vive junto Elio y Oliver es un primer amor de verano lleno de belleza y sensualidad y en el que no faltan los paseos en bici, las bonitas villas italianas, los baños en la piscina, los bailes, los melocotoneros, los pueblos bonitos de la campiña... ¿Quién no querría pasar unas vacaciones aquí?
Ahora te toca a ti, ¿qué película añadirías a esta lista fresquita de pelis para el verano? Espero tus respuestas en los comentarios.
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